domingo, 3 de octubre de 2010

"La justicia como calidad humana"

Nombre: José Antonio Alvarado Guitron  
Materia: teoría de la educación
Aula: 5
Resumen. “La justicia como cualidad humana”
La argumentación, hasta ahora la ha establecido que el buen estado debe ser equilibrado y cada persona debe de realizar su propio cometido, mientras que de acuerdo con el principio de la división del trabajo, los buenos gobernantes serán aquellos que más dotados estén por la naturaleza para serlo[t1] . Sócrates sostiene ahora que la justicia de cada individuo es análoga a la justicia del estado. El individuo es prudente por su razón, valiente por su espíritu, se hallan bajo el control de la razón y es justo cuando cada una de sus facultades desempeña su propio trabajo y no se entromete en las funciones de las demás[t2] .
-Por fin hemos llegado, aunque con no poco trabajo, a demostrar claramente que hay en el alma del hombre tres principios que respondan  a cada uno de los tres órdenes del estado. –En efecto. -¿No se nos parece como inexcusable que el particular sea prudente? –Si.- ¿y que el particular sea valeroso de la misma manera y por lo mismo que el estado? En una palabra que todo aquello que contribuye a la virtud se encuentre en el uno como en el otro -Sin duda. – así diremos, mi querido glaucon, que lo que hace justo al particular igualmente. – consecuencia necesaria. – consecuencia necesaria. – No hemos olvidado que el estado es justo cuando cada uno de los tres órdenes de que se compone hace exclusivamente aquello que es un deber. –No creo que lo hayamos olvidado. –Recordemos, pues que cada cual de nosotros será justo y cumplirá si deber cuando cada una de las partes de que el mismo se compone cumpla su labro propia. –Si de verdad es que queremos recordarlo.                                                                                                            -¿no incumbe a la razón el mandato, puesto que en ella reside la prudencia y todo a la vez ejerce la inspección sobre la totalidad del alama? ¿y no corresponde a la cólera obedecer y secundaria? Si ¿y cómo podrían mantenerse en perfecto acorde esas dos partes si no es mediante la mezcla de la música y de la gimnastica de que antes hablábamos y cuyo efecto será, por una parte nutrir y fortificar la razón con hermosos preceptos y con el estudio de las ciencias, y por otra parte, adulciguar y aquietarle valor con el hechizo del numero y de la memoria? –No veo ningún otro medio. –Esas dos partes del alma, así educadas e instruidas en su deber, regirán el apetito sensitivo, que ocupa la mayor parte de nuestra alma, qué es insaciable por naturaleza[t3] .
Tendrán cuidado de que después de haberse acrecentado y fortalecido ese apetito con el goce de los placeres del cuerpo no exceda de los límites de su deber, ni pretenda atribuirse sobre el alma una autoridad que no le pertenece y que introduciría en el conjunto un extraño desorden. –Sin duda.
-En caso de ataque exterior, adoptaran las mejores medidas para la seguridad del alma y del cuerpo. La razón deliberara, la cólera combatirá y secundada por el valor ejecutara las ordenes de la razón. – Perfectamente. –El hombre merece, pues, nombre de valeroso, cuando aquella parte de su alma en que la cólera reside sigue constantemente, atreves de los placeres y de los trabajos, las ordenes de la razón acerca de lo que es y de lo que no es de temer. –sí. –es prudente por esa pequeña parte de su alma que ejerce el mando y da órdenes, única que sabe lo que útil a cada una de las otras tres partes y a todas ellas a la vez. –cierto es eso. -¿ no es temperante por la amistad y la armonía que reinan entre la parte que manda y la que obedece, cuando estas dos últimas están de acuerdo en que es la razón a quien corresponde mandar, y no le disputan la autoridad? –la templanza no puede tener más principios que ese, así en el estado como en el particular. –finalmente, así mismo, será justo por cando acabemos de decir. –indudablemente.
-¿hay algo, ahora, que nos impida reconocer que la justicia en el individuo es la misma que en el estado? – no lo creo. – si todavía nos quedase alguna duda en este respecto, aremos que desaparezca, por los absurdos que trae aparejados consigo[t4] . -¿Cuáles? – por ejemplo: si se tratase respecto a nuestro estado o de particular formato con arreglo a su modelo por la naturaleza y por la educación, de examinar entre nosotros si ese hombre podría distraer en provecho suyo un deposito de oro o de plata, ¿piensas que nadie le creería más capaz de una acción como esa, que aquellos que no se parecen en él? –No piense tal cosa.- ¿no será, igualmente, incapaz de saquear templos, de hurtar, de traicionar al estado o a sus amigos? – si-( i de faltar en algún modo a sus juramentos y promesas) – sin duda. – el adulterio, la falta de respeto así los padres y de piedad asía los dioses, serán otros tantos delitos del que se hará menos culpable que cualquier otro.- en efecto. – ya la causa de todo ello, ¿no es la subordinación establecida entre las partes de su alma, y la aplicaciones cada una de ellas a cumplir sus deberes? – mal podría ser otra. – pero ¿conoces alguna otra virtud, fuera de la justicia, que pueda formar hombres de ese carácter? – en verdad no. –veamos, pues, ahora, con toda claridad, lo que el principio no pasábamos de entrever. Apenas pusimos mano al plan de nuestro estado, cuando alguna divinidad nos ha hecho tropezar con un modelo de la justicia. – verdad es.- así, mi querido glaucon, cuando exigimos que hubiese nacido para ser zapatero, carpintero, o para ejercer cualquier otra arte, y si ese bien su oficio y no se entremetiese en ninguna otra cosa, trazábamos la imagen de la justicia. Así hemos conseguido nuestro fin por ese medio. – evidentemente. – la justicia, en efecto, se asemeja a lo que prescribíamos nosotros en que no se detiene en los actos eternos del hombre, si no que regula lo interior del mismo, no permitiendo que ninguna parte de su alma agá otra cosa que le es propio, y prohibiéndoles recíprocamente se usurpen sus respectivas funciones. Quiere que el hombre, después de haber señalado debidamente a cada cual las funciones que propiamente le incumben, después de haberse       
       Hecho dueño de sí mismo, después de hacer establecido orden y concordia entre esas tres partes, de haber puesto entre ellas un acorde perfecto, como entre los tres tonos extremos de la armonía, la octava, la bajada y la quinta y entre los restantes tonos intermedios, si existen, después de haber ligado entre sí todos los elementos de que está compuesto, de suerte que de su conjunto resulte un todo bien regido y concretado, quiere –digo- que entonces comience a obrar el hombre, ya se proponga acumular riquezas, y a cuidarse de su propio cuerpo, ya acogerse a la vida privase, ya invertir en los asuntos públicos; que en todas esas circunstancias de el hombre de acción justa y hermosa a toda acción que haga nacer y mantenga en él ese hermoso orden, y el nombre de prudencia a la ciencia que preside las acciones de esa naturaleza; y que, por lo contrario, llame acción injusta a la que se destruya en él ese orden, e ignorancia a la opinión que preside semejantes acciones. –Nada más cierto, mi querido Sócrates, que lo que dicen.
 -Así no temeremos equivocarnos mucho si aseguramos que hemos hallado qué es un hombre justo, un Estado justo, y en qué consiste la justicia. –Nada tendremos que temer.  -¿Lo aseguraremos, entonces? - ¡Sí, por Zeus! –Sea[t5] . Réstanos ahora, me parece, examinar qué sea la injusticia. –Sin duda. -¿Es acaso otra cosa que una sedición entre las tres partes del alma, que se dirigen a aquello que no es de su incumbencia, usurpando ajeno oficio; una sublevación de una parte contra el todo por abogarse una autoridad que no le pertenece, porque esta naturalmente hecha para obedecer aquello que está hecho para mandar? De ahí, diremos, de ese desorden y de esa perturbación nacen la injusticia y la intemperancia, la cobardía y la ignorancia. En una palabra, todos los vicios. –ciertamente. –puesto que conocemos la naturaleza de la justicia y la de la injusticia, así mismo conocemos la naturaleza de las acciones justas e injustas. -¿Cómo así? –porque hacen respecto del alma  lo mismo que respecto del cuerpo hacen las cosas sanas y nocivas. -¿En qué? –Las cosas dan la salud. Las cosas nocivas engendran enfermedad. –En efecto. –Parejamente, las acciones justas producen la justicia; las acciones injustas, la injusticia. –Indudablemente. –Dar la salud es establecer entre los diversos elementos de la constitución humana el equilibrio natural que somete unos a otros. Engendrar enfermedad es hacer que uno de esos elementos impere sobre los otros, o sea dominado por ellos, contra las leyes de la naturaleza. –Es verdad. –Por la misma razón, producir la justicia es establecer entre las partes del alma la subordinación que en ella ha querido poner la naturaleza. Producir la injusticia es dar una parte sobre los demás un imperio que va contra la propia naturaleza. – Perfectamente.
 -La virtud es, pues, si así puedo expresarme, la salud, la belleza, la buena disposición del alma; el vicio, por el contrario, en su enfermedad, su deformidad y flaqueza.- así es como dices. -¿No contribuyen las acciones honestas a promover en nosotros la virtud, y las acciones deshonestas a producir el vicio? –Sin duda. –No tenemos pues, más que examinar si es útil hacer acciones justas, aplicarse a aquello que es el hombre, y ser justos, seamos o no tenidos por tales, o cometer injusticias y ser injustos, aun cuando nos hubiésemos de temer ser castigados por ello y obligados por el castigo a hacemos mejores. –Pero, Sócrates, me parece ridículo que nos detengamos por más tiempo en semejante examen; porque si, agotado por completo el cuerpo, hócese insoportable la vida, aun cuando transcurra entre deleites y honores en opulencia, con mayor motivo habrá de ser para nosotros una carga cuando el alma, que es su principio, esté alterada y corrompida, aun cuando por otra parte tuviésemos poder para hacer cuando se nos antojase.         

 [t1]Esto nos quiere decir que un buen argumento nos puede indicar si una persona esta hecha para un dicho trabajo y si es así quiere decir que ya lo traia en la sangre por así desirlo osea zapatero a su zapato cada quien con su verdadera vocación.
 [t2]Trata de que cuando una persona esta en total motivación y en la realidad se desempeña mejor en su trabajo sin tener distracciones
 [t3]Bueno nos habla de que el ser prudente ejerce la totalidad del alma y para poder nutrir y fortificar la razón necesitamos combinar la razón y la gimnastica y el estudio de las ciencias son cosas que necesitamos por naturaleza.
 [t4]Bueno la verdad yo tampoco lo creo ya que por ejemplo si se comete un delito el estado puede castigar al agresor pero puede que por medio de influencias o dinero este se libre de ser castigado y en cambio la justicia del individuo como popularmente se diría ase justicia con su propia mano y así podría aplicarse el castigo al agresor de una forma mas definitiva y sin salvación por así desirlo
 [t5]Esto nos puede desir que para tratar mas de confiar mas en la justicia del estado asta se menciona Zeus osea que ya con esto nos quiere decir que la justicia ya será mas por decir algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario